domingo, 12 de septiembre de 2010
Misterios
En la vida priman los misterios.
Quien no guste degustar esa palabra o es fundamentalista o pobre de él.
Nada de lo que se da es tal cual se da.
Los gorriones nocturnos revolotean sobre islas saladas.
Parte de lo explícito se conforma de remiendos de papeles escritos, borroneados. Encontrar entre las librerías de la causalidad un "algo que tiene que ser" es en suma difícil, cuando no una construcción aislada en sí misma (e imposible de aplicar a lo concreto).
El paradigma de lo complejo devora nuestras posibilidades de un obrar prudente y sano.
Cae súbito el afilado metal y un segundo o nada [media bocanada de aire] hasta que el estruendo de la guillotina resuena en los infinitos pliegues del laberinto.
DroggoTrogger
[foto de obra de Claudia Gherstenfeld]
martes, 9 de marzo de 2010
sábado, 6 de marzo de 2010
viernes, 28 de agosto de 2009
Poesía: Hombre de pan de gengibre
Yo era un palo endurecido de mantequilla,
Pero fue fundida por su toque de calentamiento
Mezclado con la dulzura de sus discursos,
Azucarados, pero perfecto - no demasiado.
Preocupado por algunas situaciones difíciles,
Ellos simplemente nos hizo más fuerte en el final.
Entonces, las acciones de su gran sabor a vainilla
Hecho mi vida una combinación aún mejor.
Luego, la harina! El bono! La bodega. Afecto.
Todos juntos. ¡Perfecto! Nadie podía decir
La nuestra no era la mezcla perfecta de sabores.
Como usted me puso en tu bandeja de horno.
Coloque dentro del horno de tu seno
Empecé a crecer, expandir, en la felicidad.
Luego, cuando la vida era casi cerca de la perfección,
Usted me hizo a un lado con un último beso.
Luego, cuando el amor era el enfriamiento de sus acciones,
En que decidió que podría empeorar las cosas,
Comer mí y todo lo que nos hizo,
Con un vaso de leche para saciar su sed
Al igual que usted profesa usted nunca nunca,
Como tantos hombres, tan cruel, tan tonto.
Estás directamente desde el mismo cortador de galletas de edad.
Eso está bien. Voy a vivir entre sus migajas.
por José Goglón
Poesía: Hombre de pan de gengibre
Pero fue fundida por su toque de calentamiento
Mezclado con la dulzura de sus discursos,
Azucarados, pero perfecto - no demasiado.
Preocupado por algunas situaciones difíciles,
Ellos simplemente nos hizo más fuerte en el final.
Entonces, las acciones de su gran sabor a vainilla
Hecho mi vida una combinación aún mejor.
Luego, la harina! El bono! La bodega. Afecto.
Todos juntos. ¡Perfecto! Nadie podía decir
La nuestra no era la mezcla perfecta de sabores.
Como usted me puso en tu bandeja de horno.
Coloque dentro del horno de tu seno
Empecé a crecer, expandir, en la felicidad.
Luego, cuando la vida era casi cerca de la perfección,
Usted me hizo a un lado con un último beso.
Luego, cuando el amor era el enfriamiento de sus acciones,
En que decidió que podría empeorar las cosas,
Comer mí y todo lo que nos hizo,
Con un vaso de leche para saciar su sed
Al igual que usted profesa usted nunca nunca,
Como tantos hombres, tan cruel, tan tonto.
Estás directamente desde el mismo cortador de galletas de edad.
Eso está bien. Voy a vivir entre sus migajas.
por José Goglón
domingo, 16 de agosto de 2009
jueves, 13 de agosto de 2009
Chocomáticas
miércoles, 29 de julio de 2009
miércoles, 8 de julio de 2009
Prevención contra la gripe
Hoy, 10 grados centígrados, fui a telefónica a hacer un trámite. ¡Oh sorpresa! una larga cola de gente esperando ¿adentro del lugar? No, afuera ¿Porque adentro estaba lleno? No, por la gripe ¿WHAT THE FUCK? Sí, la gripe.
¡Y esto que estaba fresquito carancho!
Mucha gente esperando en una fila que doblaba la esquina sobre la vereda de Bartolomé Mitre y Paraná. Todos abrigados y con frío, quietos en la cola, malhumorados. Es la gripe, sí la gripe, así es mejor clotilde. Estupidez absoluta.
Reinaba la puerta un gomazo de "seguridad" (sic). Hinchado las pelotas de las puteadas de la gente, devolviendo por su parte la mala onda.
La espera pasó y entré al lugar (vacío como cementerio vacío). Me atendieron (tras un cordon que hacía un metro y medio de distancia entre mi persona y la empleada), hice mi trámite y le pregunté ¿Porqué la gente espera afuera?
ZAZAZAzazazazaRazazá... la gripe, que para evitar el contagio, evitar aglomeraciones de gente, proteger a los empleados.
Fin del artículo: ¿Uno no se enferma acaso de gripe por tomar frío? ¿No es la cola una aglomeración de gente también? Idiotas.
...A dormir bien, a alimentarse bien y a no tomar frío.
jueves, 2 de julio de 2009
Cuando la gente “SANA” enferma.
• En el informe OMS de 2006 Se calcula que 1,6 millones de personas murieron por tuberculosis en 2005. La tuberculosis se transmite por el aire, cuando el enfermo estornuda, tose o escupe.
• Se estima que son infectadas por la enfermedad de Chagas entre 15 y 17 millones de personas cada año, de las cuales mueren unas 50.000. La enfermedad tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres de América Latina
• La malaria causa unos 400–900 millones de casos de fiebre y aproximadamente 2-3 millones de muertes anuales , lo que representa una muerte cada 15 segundos. La gran mayoría de los casos ocurre en niños menores de 5 años; las mujeres embarazadas son también especialmente vulnerables.
La creencia de que los medios de comunicación masiva, nos presentan un fiel reflejo de la realidad objetiva, podría ser interpretada como un síntoma de infantilismo. Una suerte de regresión socio-evolutiva, de vuelta a aquella época, no tan antigua, y evidentemente aún no del todo superada, en la que los mitos y relatos fantásticos, de tierras perdidas en el tiempo o criaturas imaginarias, encendían las pasiones más recónditas del hombre. Serpientes de mar, tritones, centauros o sirenas, la mitología antigua pervive aún entre nosotros, pero enmascarada por otros nombres más insidiosos y burdos: la guerra en Irak, elecciones parlamentarias, o sencillamente “chimentos de los famosos”.
Al igual que los mitos y leyendas antiguas, los medios de comunicación nos presentan, después de todo, nada más que un recorte parcial y subjetivo de la realidad. Un pequeño fragmento del mundo en que vivimos, el cuál, previo a su difusión, debe ser maquillado y corregido necesariamente, para poder ajustarse a la agenda política particular de cada canal emisor, hasta obtener un producto suculento y apetecible para el consumo de las masas. Las noticias, como cualquier otro mito humano, son producciones culturales, y como tales, transmisoras de una verdad social: la del símbolo como máscara de los verdaderos deseos del hombre.
Es el deseo que evoca la narración de una tragedia innombrable, y la ulterior salvación del hombre que la padece, emergiendo victorioso de entre las cenizas y los pedazos rotos del mundo, redimido de sus demonios interiores, y finalmente, en paz con los dioses. Es Hércules que debe recuperar su justo lugar en el Olimpo, o Ulises buscando incansablemente el camino de vuelta a su añorada Ítaca; pero también, son Bill Clinton tratando de salvar su prestigio político, o los presos de Guantánamo, estancados en un vacío legal y sin tiempo, o inclusive, la mitología embrionaria de una enfermedad de proporciones planetarias.
La gripe A ha sido presentada por las autoridades como la primera pandemia del siglo XXI; una enfermedad que rebasa fronteras, políticas y socioeconómicas, sumiendo en el más oscuro desconcierto a un planeta en creciente globalización. Un mundo que, pese a que se ha vuelto más flexible para lidiar con éste tipo de adversidades, no por eso deja de presentarse menos vulnerable. Si bien la humanidad cuenta ahora con un gran reservorio de antibióticos, y pese a que los últimos avances científicos han reducido los costos y tiempos de producción de nuevas vacunas, aún se presentan serios escollos, difíciles de sortear, al enfrentar una situación como ésta. La intrincada red de relaciones comerciales que han establecido entre sí las naciones, y el constante desplazamiento de individuos, hacen imposible cualquier medida de contención del virus. A esto, habría que agregar las multimillonarias pérdidas económicas, ya sea por el ausentismo laboral generalizado, o por el cambio en los hábitos de consumo que las nuevas medidas sanitarias generan.
Pero más allá de la situación geo-política actual del mundo, y de las cuantiosas pérdidas económicas que seguramente han de suscitarse, lo que hace especialmente notable a éste suceso epidemiológico, es la forma en que éste ha sido expuesto por los medios de comunicación masiva. Específicamente hay que subrayar, las recurrentes declaraciones que sostienen que ésta enfermedad afecta, sobre todo, a un grupo denominado como de “Bajo Riesgo”, es decir, a individuos mayormente sanos y jóvenes.
Es ésta aseveración, precisamente, la que explica la verdadera fuerza que ha cobrado el fenómeno mediático de la gripe-A: personas jóvenes, que hasta hace poco se encontraban en buena condición física, que seguían hábitos de vida saludables, y una dieta alimenticia balanceada, repentinamente caen enfermos y mueren. Pareciera ser obra de un dios infame, o del azar más infausto, que éstos individuos hallen, inexplicablemente, un destino tan trágico y sin posibilidad alguna de salvación.
Sin embargo, al mismo tiempo que reconocemos ésta, la terrible desgracia que abruma a un sector social, que creíamos blindado ante éste tipo de aflicciones, implícitamente estamos confirmando el destino de otro grupo social que ha sido dejado de lado. Nos referimos sin duda a aquél otro sector, comúnmente llamado de “Alto Riesgo”: niños, ancianos, embarazadas y, sobre todo, sectores sociales marginales o de bajos recursos.
Más allá de la exacerbación de ánimos que suscita la muerte de personas jóvenes y aparentemente saludables, conmociona la indiferencia hacia la situación sanitaria de éste otro sector de la población, relegado a un segundo plano. Aunque ésta generalizada falta de interés, por el bienestar físico y mental de éste grupo social, no es nada nuevo, pareciera que al insistir tan asiduamente, en que la gripe A afecta particularmente a individuos SANOS, se estuviera también sentenciando que aquellas personas que conforman el sector social de más alto riesgo, se encontraran de alguna manera constitutivamente enfermas, ya sea por que son débiles, vulnerables o por que se encuentran desnutridas. Nos ubicamos de vuelta en un territorio lamentablemente bien conocido por la humanidad; hablamos del terreno de la eugenesia social.
Al naturalizar la presencia de toda suerte de enfermedades crónicas y/o fatales en el seno de ciertos sectores sociales específicos, se justifican ciertas políticas sanitarias gubernamentales en detrimento de otras. Algunos individuos, los llamados “sanos”, pasan a ser objeto del mayor cuidado y protección médica, mientras que otros menos afortunados, conforman el grupo de seres humanos accesorios, reemplazables o sencillamente no esenciales. Su muerte, aunque ciertamente indeseada y lamentable, es tolerada en la medida en que no pertenecen a un cierto estrato social denominado“SANO”.
Mientras millones de almas son arrasadas por el VIH, la tuberculosis o el paludismo, los ojos del mundo entero se encuentran alojados en un pequeño espacio rectangular y pernicioso, del cuál emerge una voz que presagia los devastadores efectos de ésta incipiente pandemia. Una voz que muestra cifras, testimonios, mapas y estadísticos de toda clase; todo para exaltar la idea de una tragedia inminente, que nunca termina de revelarse del todo. Desastre que siempre se intuye en algún siniestro pasillo de hospital, pero que en definitiva, en términos reales y concretos, no se compara con otras emergencias sanitarias más apremiantes.
La gripe A es el estandarte de la hipocresía mundial en materia de salud, y es en ésta medida que se ha constituido en la enfermedad más perversa y letal de la historia de la humanidad. Mientras que millones de seres humanos mueren alrededor de todo el mundo, por causas evitables o simplemente por falta de acceso al sistema de salud, los medios de comunicación explotan la gran noticia del momento, obstinada e incansablemente, aterrorizando a la población civil y velando problemáticas más graves e impostergables.
Resta preguntarnos en qué medida ésta nueva pandemia representará realmente, a largo plazo, una verdadera amenaza para la humanidad, y en qué proporción los medios de comunicación se han encargado de magnificar su gravedad. Pero por sobre todo, parece imperioso volver a recuperar una perspectiva más adecuada al contexto real en que vivimos, por fuera de la agenda de los titulares noticiosos y de las alarmistas medidas gubernamentales. Solo así podremos dejar de lado, por un momento, el sensacionalismo mediático, y recuperar una visión más fiel, y humana, de la verdadera tragedia que abruma desde tiempos inmemoriales a nuestra modesta especie: la indiferencia.
sábado, 20 de junio de 2009
Te re comí en do. Un te a tro
Algunos faraónicos como la cancha de River
y otros minicatos cual intestino e' vinchuca
En muchos se te juega el alma en cada obra,
y en tantos otros pasan escenas secas y te da
un churro de frío y hambre que te llega,
(que te llega el invierno de la videa y mejor aprovecharla ¿no?)
Pero con o sin corazón ni pasión
o cuadrados de cemento
o rectángulo de madera balsa
Te recomiendo un teatro bien tiatro, bien de casa
que a los actores no los ves más lejos que un pisquepié
aunque llegues último y te sientes bien al culo de la butaca.
Timbre 4, cerca de la facultad de psicología
para grandes y chicos un lugar chico
...
y grande como pocos.
miércoles, 3 de junio de 2009
lunes, 4 de mayo de 2009
sábado, 2 de mayo de 2009
Los Imaginarios
A continuación, algunos poemas extraídos de “Revista Imaginaria” #12, compuesta en su totalidad por escritos-tributo a grandes escritores y literatos.
A un peatón cualquiera. A Jaime Sabines.
“Si tuvo ojos para ver,
Fue porque su dios era sordo”.
Que el mundo lo sepa:
Sabines es el redentor de los poetas.
En sus huesos sin culpa,
y en el polvo de sus sesos,
hay poemas de calcio
y de cemento;
en su sonrisa secreta,
tan fácil y pareja,
que guarda tan solo para su sombra
y para la tierra,
Hay aún un poema.
En su poesía se pule el llanto,
y se estrena el alma.
Su poesía tan húmeda y blanda
es noche para el amante,
consuelo para el suicida.
Que los niños lo sepan antes:
Sabines se ríe de su cadáver;
desde las páginas de su tumba,
él dedica todas sus horas
a resucitar sus poemas.
Hierba del Estío. A Walt Whitman
“El enigma y la solución del enigma:
Así como soy existo. ¡Miradme!”
Tú si eras un hombre,
y un hermano, Walt,
yo soy tan solo un extraño
muy lejano y recóndito de tu tiempo,
refugiado mientras tanto en el mío,
andando sobre las hojas ya marchitas, tras tus pasos,
sobre los campos oxidados de antaño,
sobre las páginas ya escritas,
sobre las nubes fluorescentes del ocaso americano.
Yo tan solo soy otro de tus pequeños hermanos Walt,
colgado de tus barbas blancas nacidas del Potomac.
A un tal Charles… ¿Quién?
“Esperando la muerte;
un milagro”
El gran Charles Bukowski,
duerme entre sus putas muertas
triste y abrazado
del profundo sexo de su botella;
con los ojos rotos por la mañana
con pelos púbicos bajo su lengua.
Gran perro, poeta malnacido en un mundo de mierda,
sobre un colchón inmundo,
relleno de poemas arrancados de la tierra,
con la mugre escurriendo de su sombra
como el sudor que baja de los cuerpos que se matan;
y su aura podrida de cloacas y burdeles
y sus uñas arañando al tiempo por la espalda
y su sangre carcomida por la ciudad y sus ratas
resignado a su muerte,
a todas sus muertes;
al alba.
La escatología del Deseo
Pero pueden estar seguros que, éstos no cesarán nunca en su frenesí terapéutico, al menos no hasta encontrarse con la neurona enferma y podrida, con la neurosis tan evasiva, o con la psicosis tan malinterpretada. Buscan, después de todo, tropezar con su propia redención. Trabajan todos para alimentar el goce de un gran padre sádico y muerto, al que no dejan de citar en sus escritos académicos de ultratumba. ¿Qué acaso no lo ven? ¡Están todos ustedes colgados de las barbas de un santo!
Estos analistas de lo absurdo, posan sus miradas perversas en un pequeño punto de humanidad, al que no dudan en llamar un sujeto. Un hombre que se aferra al vientre materno, al síntoma, al ideal del padre, a la angustia de objeto, al erotismo anal, a la envidia del falo o a un metonímico etcétera. Un ente sujeto a la denominación médica, psicoanalítica e industrial de estos tiempos donde el consumo es metáfora y también es producción maquinal del deseo. Un producto social dominado por el yugo de la palabra, con todas sus previsibles consecuencias. Las significaciones nos cercenan, nos atomizan, nos escinden de nuestra naturaleza humana. ¡También de eso hemos sido privados! Ya nadie podría decir con certeza de qué estamos hechos. Cuál es nuestra sustancia íntima. El ser humano, como especie, no existe más; este es el reinado de la cosa, de la persona que es ante todo máscara, del sujeto sujetado siempre a una instancia superior. A dios, relámpago de los escépticos, o a la ciencia todopoderosa. No importa de quién o para quién, estamos para siempre condenados a ser en relación a algún otro.
El mundo que hemos confeccionado, a fuerza de sangre y letra, nos ha sobrexcedido. Somos deidades proscritas en su propia creación instantánea. Nuestro principio de realidad, colisiona con la realidad material e infranqueable. Nuestras percepciones chocan de lleno con una tierra que se desangra, con cadáveres putrefactos regados como escombros, con discursos irreverentes, con toda suerte de fantasías perversas transmitidas en technicolor.
Las fobias son producidas en masa en los cuarteles militares, la paranoia es diseminada electrónicamente a través de Internet, la esquizofrenia es inducida a través de hormonas diluidas en la leche. Somos incitados a los peores patrones de conductas obsesivas. Sin percatarnos, nos contagiamos paulatinamente de ésta pulsión global de muerte. Fuerzas ajenas a nuestra conciencia excitan nuestros narcisismos y libidinizan el concepto de locura, empujándonos hasta la confesión del análisis. Hasta expeler, desesperados, nuestro ser más íntimo en un diván. A desnudar el hueso de nuestros pensamientos sobre una plancha metálica. Entonces, finalmente, sometidos a la voz etérea y estereofónica que envuelve al diván, es cuando logramos sentirnos vacíos, y descansar. La privacidad está vedada: todos los recursos deben ser volcados hacia la producción infinitesimal de subjetividades. Hemos de multiplicar hasta el infinito nuestros delirios, para taponar la hemorragia de sinsentidos teóricos que hemos abierto. Las formaciones paradójicas o la inmolación inconsciente, parecen ser nuestras únicas salidas posibles…-
-Muy bien señor x. Interrumpiremos está sesión cinco minutos antes. Nos vemos el próximo martes a la misma hora entonces…-
viernes, 1 de mayo de 2009
Hay que desajenizar el estado
La otra vez me afanaron dos pibes en la calle. Me sacaron el celular y veinte mangos. Yo me fui a mi casa resignado de no recuperar mis cosas. "Al pedo hacer la denuncia, no los van a agarrar" pensé. En eso me llama un amigo a mi casa y dice que los agarraron a los chorros que vaya a la comisaría. Cuando llegué me entero de lo que pasó.
Cuando se fueron los chorros un taxista y mi amigo que de casualidad andaba por ahí los vieron y decidieron seguirlos, se les adelantaron, vieron un patrullero, le avisaron y pudieron agarrarlos. Insólito.
Este ejemplo me parece que da cuenta de un mecanismo ideal de justicia y "seguridad".
No digo que debería haber más justicieros, no digo que haya que hacer justicia por mano propia porque la policía "no sirve para nada" ni digo que hay que quejarse sin hacer nada.
La pregunta es, ¿desde mi posición de ciudadano, qué puedo hacer?
Y acá se hizo algo, mi amigo pensó "A ver si le sacaron algo importante" y se solidarizó, el tachero se solidarizó también porqué "hoy le pasó a él, mañana a cualquiera".
Ellos no detuvieron a los chorros, pero hicieron de facilitador para que la policía lo haga y nadie se los pidió. Eso es sumamente valioso, pusieron el cuerpo, se implicaron y el sistema funcionó (se hicieron parte del sistema y no lo ajenizaron).
Uno puede hacer dos cosas a mi parecer: Por un lado, puede exigir al estado justicia, equidad, etc. y, por el otro, puede plantearse la pregunta más individualista e introspectiva ¿Qué puedo hacer yo? o mejor dicho ¿Qué podemos hacer nosotros -porque los problemas no afectan a una sola persona nada más- para resolver esto?
Y la cuestión fundamental es desajenizar el problema ("es cosa de la policía"), salir de la comodidad y cambiar el bocho. No apuntar tanto a la visión reduccionista causal sino pensar que los robos en la calle son síntoma de algo de fondo más grave; un problema mayor. ¿Quiero implicarme en este problema o quiero olvidarme?
lunes, 27 de abril de 2009
¡Te mudaste Coqui!
Y sí… Decías que ya era hora, ya no te bancabas más a tu vieja, ni a tu viejo, ni a tu hermana… Y tenías razón: no daba ni para un día más… ¡Te mudaste! Y ahora, guante en mano y pelo atado, te estás cocinando la cena. Te sentís rara. Ojo, no te malinterpretes, no es soledad. Ni nostalgia. Te sentís rara, es eso. Cambiaste de hábitat, de territorio. Necesitás habituarte, un tiempo para acostumbrarte.
Ya va a estar el arroz. Hoy, arroz solo; estás cansada. Pensás en el chiquito que viste en la calle durmiendo. Hoy, solo arroz. Y la cama deshecha… Te mirás en el espejo y, aunque te reconocés, te cuesta pensar que sos la misma que ayer vivía en tu casa. En la de tus viejos. Katy, pendeja de mierda… ¡Si estuviera allá con vos, gritándote! Si estuviera allá un ratito, jodiendo… Entonces la mandarías a cagar… Aunque fuese un ratito… Katy…
Sola te arreglás Coqui. Lo sabés. Pero te sentís así, extraña, tercera. Hoy te viene. Pero contenta también… ¡Te mudaste! ¡Si pasara tu viejo lo sacarías cagando! Ya no puede criticarte, ni tu vieja rezongarte… Seguís sin compartir sus opiniones, ni sus maneras; los seguís odiando… Pero igual, ahora te pasa algo, no sabés bien qué. No sabés bien, pero los entendés un poco. No sabés en qué…
Andá sacando el arroz de la olla Coqui. Sacalo que se pasa. Colalo. Y andá a comer. No mires al techo; no te angusties. Poné música. Pensá un idea distinta; jugate algo; inventate un poco. Ya sos libre... ¡Hacete mundo! Pensás en el chiquito que viste en la calle durmiendo… Eso, sacalo. Colalo y comé. Te mudaste… ¡Celebrate Coqui!
domingo, 26 de abril de 2009
Sofi
viernes, 17 de abril de 2009
José Ramos Pedraza (Ciudad de México 1964 – Buenos Aires 1997).
Nace José Ramos Pedraza en el seno de una familia de clase media el 5 de Junio de 1964. Desde muy joven se destaca en el arte de la escritura, especialmente el de la poesía. Cursa la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se gana el reconocimiento de sus profesores. En 1988 viaja a la ciudad de Buenos Aires, con una beca otorgada por la Secretaría de Educación Pública, para cursar una maestría en Literatura Clásica en la Universidad de Buenos Aires. Finalmente hace de ésta ciudad su lugar de residencia.
Muere el 2 de abril del 1997, víctima de un accidente automovilístico. Pese a que su vida encuentra un fin abrupto y trágico, su producción literaria es considerablemente extensa. Recién en los últimos años, sus obras están comenzando a ser apreciadas por su verdadero valor estético y vanguardista. Entre los títulos publicados, de edición muy limitada, se encuentran: “La Noche Marchita”(1987), “La Fortuna Perseguida”(1990), “El Paso Lento”(1994) y “Si He de Ser”(Publicada póstumamente en el año 1999), entre otros.
Poemas extraídos del Libro "El paso lento", de José Ramos Pedraza
¡Oh hermano!
Si pudieras ver, tocar,
Palpar con tus sentidos
Las voces que hablamos
Las ficciones que vivimos.
Éste es un mundo de lenguaje,
Maquinaria del sentido.
Escrito por los dioses,
Sepultado entre signos.
Aquí todo pulso es mensaje
Un dialecto de la sangre;
Sonidos intestinos.
Hay un nombre en cada cosa,
Que aprendemos, que decimos;
Cada letra sigue a otra
¡Oh hermano!
Todo verbo es eterno…
¡La palabra es un abismo!
Gozosas en la tinta de la lengua;
Las letras en la sangre desoladas,
Las hojas ya se van mojando en pena.
Tiempo, solo hay tiempo hacia delante,
Eterno resplandor de lo pasado;
La voz del hombre ya se va agotando,
Se va enterrando el ser en su lenguaje.
Y así hablando, de tiempos y de sangres,
Con signos mustios que se van doblando
Por los senderos hondos del mensaje,
Se va quedando el hombre solo,
Sin voz, sin versos; triste y arruinado,
Creyéndose un Dios con cada frase.
Lloran microchips de lágrimas
No existen binarios sentimientos
Son solo algoritmos imperfectos
Con voces oxidadas, llamando a casa por cobrar
A una fábrica de robótica en Taiwán
Corto circuitos melancólicos
No hay nadie en casa.
Se estremece la maquinaria del alma.